No todo van a ser gatos!! Poneos en situación: Años 80. Triunfa el mundo Mullet (ése peinado tan sofisticado), los cardados, las mallas de lycra, los pendientes descomunales y los pantalones por debajo del sobaquillo. Amén de la movida madrileña que tantas secuelas con mayor o menor acierto nos legó. El mundo cinematográfico es bastante cutrilón teniendo que elegir entre producciones propias como “El Vaquilla” o americanas como “Los Albóndigas atacan de nuevo”, así que está claro que el futuro estaba en los ordenadores (sí, esos artefactos tan caros que había en las mesas de algunas casas con mejor suerte). Sorprendentemente, los Reyes Magos (porque doy fé que mis padres no han podido ser) me traen un Commodore Amiga 500 (no un Spectrum o un MSX, un AMIGA)… Lo sentí mucho por mis vecinitos que se pasaban el día restregándome que tenían un Amstrad de cinta y ya no podrían disfrutar mofándose de mi patética existencia en el mundo de los “sin-ordenador-personal”… Jajajajajaja!!! Como me divertí el día que descubrieron mis supejuegos en color y en disquette mientras ellos se tiraban media hora cargando para jugar con la caca del “Oh mummy”… Pero qué mala soy!!! Además venía con un montón de juegos como el mítico Hybris, Battle Chess o Dónde está Carmen Sandiego (eso sí, copiados porque de lo contrario me hubiera tirado unos meses “mirando” lo bonito que era el ordenador) y ése sistema operativo en ventanas que fue el que claramente copió una empresilla llamada “Microsoft”. Pero no sólo jugaba eh! Que aprendí a programar en Basic y a que el ordenador (con ése gran programa llamado Speech) dijera con voz a veces robótica a veces afeminada “veitei ei lei mirrrda, yilipolas”… no, no me he confundido, es que hablaba en inglés XD.

Bueno, pues esos momentos pasaron a la historia definitivamente, ya que después de muchos años de ocupar un valioso espacio en estos nuestros pisos raquíticos de hoy en día, hemos decidido venderlo… Eso sí, después de darnos un palizón el fin de semana jugando a todos los juegos posibles hasta que el joystick dijo adiós. Por supuesto, antes de entregarlo a su nuevo propietario, le tomamos algunas fotos de recuerdo a aquél mi primer ordenador personal.